jueves, 13 de junio de 2013

LOS ROCOTOS DE ORO

Cuando el viajero ingresa a la ciudad de Otuzco, distante a unos 76 km de Trujillo. Encuentra un perfume alcanforado, que exhalan sus eucaliptos y admira el panorama precioso de sus pencas.

Luego de encaminarse a la población, desde su plaza de Armas pude dirigir su mirada al noreste y tendrá que contemplar al cerro “Urpillao”, el cerro desde el cual baja el agua clara, cristalina. Allí he bebido el agua más limpia de mi vida, mecido por la hamaca de los vientos, junto a un cielo azul majestuoso e imponente. Al bajar de sus cumbres me he detenido en la casa de D. Manuel Reyes, cuya casa está en las faldas y me ha referido la siguiente narración.

Había muchas pastoras que frecuentemente iban a la laguna del “Urpillao” para dar de beber a su ganado, muchas de ellas al cerrar la oración de la tarde veían una planta  de rocoto (especie de ají) en las orillas de laguna. Sus frutos eran dorados y deslumbrantes, por lo que alguna de ellas pudo atrapar varios frutos, llegando a hacerse una persona adinerada.

Pero una graciosa pastora llamada Margarita, deseosa de recoger y tener la misma suerte que su vecina, aba ala laguna del “Urpillao” con mucha frecuencia, para dar de beber a sus ovejas  mas nunca veía nada. Sus padres lo habían aconsejado que nunca se quedara en la orilla, porque le podía suceder una desgracia. Pero ella movida más por la curiosidad, se queda siempre al atardecer  hilando cerca de la orilla de lalaguna. Pero he aquí que un buen día d sol, primoroso y radiante con un cielo azul transparente, ella ve los rocotos de oro, que parece gritarle que los recoja, ella se acerca y dejando su rueca en la orilla, resbala y cae a la laguna. Sus padres viendo que no llegaban, fueron a buscarla, solamente encontraron la rueca y el rebaño de ovejas. La Margarita quedo encantada en la laguna. En las noches de luna llena, cuando uno pasa se escucha un lánguido y desgarrador lamento. Oírlo es signo de sequía y desgracia.


FUENTE: Rodel “Leyendas de La Libertad”

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